miércoles, 15 de abril de 2020

Atardecer en Santa Ana







ATARDECER EN SANTA ANA
Para Nina

La montaña rota, un sol naranja hiere sus entrañas
Una voz ardiente ilumina los ojos
Al otro lado, aire fresco y miel acarician las ramas
En lo alto un aro de nubes interroga el infinito
Un pino solitario y celeste llama
Los recuerdos crueles duermen en la noche por venir
Un pájaro furtivo indica el camino
El espíritu se agranda, mira hacia poniente
La tierra se retuerce y las preguntas asaltan.
Ahora
¿Debo hacer algo o está todo escrito?
¿Cómo emplear el último minuto?
¿A quién creer?
¿Adónde esperar?
¿Es como el agua la felicidad?
¿Puedo unirme al infinito?
En ese momento ¿qué lenguaje hablar?
¿Por qué es tan sublime lo sencillo?
Y sobre todo ¿cómo agradecer el misterio de la vida?
¿Cómo celebrar el momento de comprender que somos sol, cielo, roca, ave y pino?

M. Ortega, marzo 2020




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