lunes, 23 de abril de 2012

El mejor amigo del hombre

Cuando el mundo nos parece absurdo y cruel, buscamos puntos de amarre para superar la melancolía. Algunos se lanzan al hedonismo desenfrenado para olvidar cuestiones tan molestas. Otros utilizan las drogas o las adiciones para salir del impasse. Y otros simplemente comparten la vida con su perro que, como no habla, plantea pocos problemas y hace compañía. A veces también, dependiendo del animal, muestra ternura. Se dice que el perro es el mejor amigo del hombre.

Para mi, el mejor amigo, el que siempre espera, el que nunca defrauda, el que ofrece el mas dulce consejo, es el arte. A traves de la creación, las grandes figuras que vivieron antes que nosotros dejaron un legado de saber sobre la condición humana que nos ayuda a transitar mejor por este mundo.

Todo el arte, por supuesto comenzando con la literatura, que muestra cuán sublime y cuán baja puede ser la existencia humana. Esta loa es oportuna hoy, que se celebra el dia del libro, que en realidad es el dia de Cervantes. Siempre que pienso en este titán, recuerdo cuánto sufrió: la sociedad de su tiempo le dio de lado, su país, que tanto quería, también, y su relato, hoy tan aclamado, es al final una historia de fracaso. Quizás por ese motivo la creación de Cervantes es tan admirable: nos recuerda constantemente lo difícil que es cambiar el mundo.

Mi primera novela El cenicero de plata está llena de citas del Quijote, y no porque yo quisiera, sino porque su protagonista estaba obsesionado con esa obra y la utilizaba como guía para su vida. La había leido ¡47 veces! (página 35), y en su lucha por la justicia se sentía un Quijote moderno. Así, se empeña en defender a la viuda que encuentra en su camino (y de la que se enamora) como su caballero de La Mancha.
  
El arte no es solo literatura, sino que adquiere las más diversas formas para cumplir la misma misión: ayudarnos a vivir una vida más completa y digna. Cada noche, al dejarse vencer por el sueño, uno puede ser más feliz pensando que existen los conciertos de Branderburgo, o la obra vocal de Monteverdi, y flotar en sus melodías.

El arte visual también adquiere dimensiones de relato y sugerencia, como la música. Recientemente he visitado la National Gallery de Londres, donde esperan Velázquez, Ribera, Murillo y Zurbarán en el salón de privilegio. No en vano los ingleses colocan ese surtido de artistas españoles alli porque, aunque sus temas estan muy lejos de la tradicion británica (son en general claroscuros religiosos), esas creaciones pictóricas son tan verdaderas que quieren que sean puerta de entrada de su colección.

Allí se siente ese momento histórico del esplendor español, pero también muchos otros a través de algo tan simple y tan complicado como la pintura. Actualmente, se ha organizado una exposición en torno a La huida a Egipto de Tiziano, prestada por el Hermitage, donde aparecen grandes maestros venecianos de ese tiempo así como dibujos de Durero que le inspiraron. Allí está La adoración de los Reyes Magos (1506) de ese pintor insondable que es Giorgione, y La Virgen del prado (1505) de Giovanni Bellini, maestro de Tiziano, que es la imagen al comienzo de este texto. Uno también puede superar la incomprensión del mundo contemplando esa elegante imagen. Esa Madonna siempre está expectante ante la vida, sin envejecer. En aquellos años se dio en Venecia una pintura espiritual, llena de poesía y de misterio. En ese cuadro, con la iconografía de la piedad, Jesús muerto se sustituye por un bebé lleno de salud, relajado y con brillante futuro, pero un cuervo negro en las ramas avisa de la muerte que a todos nos espera. Literatura en la pintura, colores en la música y naturaleza en la novela. Vida en el arte.

No hay comentarios:

Publicar un comentario