sábado, 10 de marzo de 2012

Como el mar



Continuando la serie de El vellocino de oro, recuperamos ahora otra poesía entre la bruma de los tiempos, donde se describe la frustración de la pérdida. Frixo queda hundido por la ausencia de su hermana Hele. Ella se ha perdido en el mar y el barco debe seguir avanzando contra corriente sin poder volver en su búsqueda. Frixo no puede expresar el desconsuelo que le embarga.

Si mi empeño humano pudiera
vaciar con palabras tanto cielo
y cantar en silencio aunque fuera
el dulce amargo de este duelo …

Si tu alma de ave prisionera
hablase alguna vez sin atadura
y burlase nuestra cruel espera
mientras esta vida hueca dura …

Si por un segundo nuestras manos
levantasen el templo que desean,
cruzasen la gloria como alanos,
vivieran donde las olas pasean …

Si no fuera porque lo llaman amar,
este dolor sería como el mar.

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